jueves, 3 de enero de 2008

Herida craneal penetrante por autolesiones deliberadas, planeadas y repetitivas.

Herida craneal penetrante por autolesiones deliberadas, planeadas y repetitivas.

Un hombre de 44 años se presentó en su departamento de emergencias local usando una gorra de beisbol y quejándose de jaquecas que habían empeorado progresivamente en las anteriores 11 semanas. Tras administrarle generosas cantidades de analgésicos y realizar procedimientos de diagnósticos simples que fallaron en identificar un diagnóstico, el paciente se quitó la gorra de beisbol y mostró una serie de objetos metálicos clavados en su cuero cabelludo. Las radiografías simples mostraron 11 clavos que penetraban su cerebro. Una detallada historia reveló un diagnóstico de esquizofrenia paranoide, y el paciente confirmó que había estado clavando un clavo en su cabeza cada semana durante las últimas 11 semanas para librarse del demonio. Los clavos fueron removidos con el paciente bajo anestesia general, y éste se recuperó sin complicaciones y sin déficits neurológicos.

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